Kazando o k ase? [Priv. Merag Stranger]

Caminaba alegremente hacía uno de los desiertos mas grandes que había gracias a una información que había recibido de que ahí se encontraba un nido de zombies y le había sido encargado el ir a inspeccionar. Decidió llevar consigo únicamente a Merag de su clan ya que al ser en un desierto creía que ella sería la mejor opción para el ambiente en el que se encontrarían. Después de un tiempo finalmente llegaron al lugar que estaban buscando.

Dejando atrás los árboles del bosque, un desierto se extendía hasta donde la vista permitía y seguramente mas haya de lo que se puede llegar a observar. El pelinegro se estiró y después tomo una profunda bocanada de aire, aquel aire de desierto era bastante diferente al del bosque. - Bueno, aquí estamos - exclamó mientras continuaba con sus ejercicios de relajación. - ¿Se siente como en casa, Merumeru? - le miró divertido. Ya que su nombre era Merag, pensó que llamarle Merumeru sería divertido así que se había decidido por siempre llamarla de aquella manera, realmente no tenía mucha relación con su nombre excepto la primera sílaba, pero aun así le parecía gracioso el llamarla así por alguna razón.

La chaqueta que llevaba era demasiado esponjosa y cálida como para un lugar de aquella índole, rápidamente comenzó a sentir que su cuerpo comenzaba a sudar y eso no era algo bueno, pues debía de mantener su frescura. Así pues, decidió por continuar de una manera diferente. Primeramente se quitó su chaqueta esponjosa y después procedió a quitarse la camisa que llevaba debajo que también era bastante calurosa. Le corto las mangas a su camisa y listo, ya tenía una playera de tirantes que era perfecta para el calor de aquel sitio. Se la colocó y dejo la chaqueta colgada en una de las ramas del último árbol que había antes de entrar al desierto. - Luego volveremos por ella - mencionó despreocupado confiando en que al volver ahí permanecería. Hizo otros pocos ejercicios de estiramiento con sus brazos y comenzó a adentrarse en el desierto. - Vayamos a buscar esos zombies entonces -

Trabajo, trabajo y más trabajo.

Esto era lo que realmente le gustaba de cazar zombies, poder poner en práctica aquellas clases de Tiro al Blanco que había recibido durante toda su vida. Cuando Ayumu le informó sobre este trabajo y su intención de llevarla debido a sus habilidades se alegró bastante, hace poco comenzaba a formar parte de su clan y ser de utilidad en algún trabajo sería gratificante y más útil se sentía cuando mencionaron el lugar al cual debían dirigirse, un desierto sin interrupciones visuales sería perfecto para poder poner al máximo sus habilidades como artillero.

Mientras iban caminando hacia el bosque ella preparaba cartuchos especiales, balas normales y demás artefactos para iniciar su plan de cacería, sin olvidar uno de sus amados sombreros colocados sobre su cabeza. Al llegar a aquel desierto, su sonrisa se amplió pues hacía mucho tiempo que no observaba un panorama tan familiar, este ambiente le recordaba a su antiguo hogar, a su familia y a todos los allegados… su amado Texas aún estaba guardado dentro de su corazón.
Observaba al joven líder de su clan estirarse cual gato que descansa en el sol, para luego responder a sus comentarios… -… ¿Merumeru?... – Dijo arqueando una ceja, para luego comenzar a reír de manera divertida mientras seguía observando el paisaje - Realmente es como estar en casa, es extraño sentirse tan nostálgico en un lugar donde aparentemente no hay nada –

El ver cómo es que su amigo rasgaba parte de su ropa para improvisar un estilo de moda “savage sport” hizo que ella carcajeara por dentro, pero se contenía para que el joven no se sintiera ofendido  o algo parecido, pero no podía evitar reír por sus adentros.
- Ayumu, debiste venir con menos ropa encima, tuviste que tomar mi ejemplo – y era así, Merumeru (Como la llamaba el joven Ayumu) llevaba su atuendo más ligero para evitar incidentes y para permitirle libertad de movimientos, sabía que estos lugares eran algo cálidos además de prever situaciones en donde los movimientos o carreras formen parte de la misión.

El joven dejó colgada su gruesa chaqueta en uno de los últimos árboles que se hallaban limitando ambos paisajes tan contradictorios, confiado en que seguiría allí como siempre aunque ella o creía lo mismo. - ¡Aye Sir! Vamos a matar algunos zombies, pero rápido, hoy quiero llegar temprano a casa. – Estaba emocionada, su sangre hervía de los nervios y la adrenalina, y con sus armas a la mano comenzó a caminar en dirección al desierto mientras observaba el suelo con mucha cautela.

Antes de dar un paso más hacia aquella tierra tomó una roca de tamaño considerable y la arrojó con cierta fuerza para ver alguna reacción en el suelo, no solo debían preocuparse de los zombies, sino de las alimañas venenosas que podrían hallarse ocultas en la tierra. - Cuando era una niña, tomé por costumbre arrojar piedras al suelo para ver si se hallaban perdidas algunas alimañas, podríamos morir siendo picados por alguna serpiente o escorpión, así que no hay que abusar – agregó mientras caminaba lentamente por el lugar… sentía una presión en el aire, una presión que le era tristemente familiar, pero no le quitaba las ganas de seguir adelante.

Sabía que había hecho la decisión correcta en llevarla a ella para la misión de aquel desierto. El mismo podría ser bastante fuerte y acabar con gran cantidad de hordas de zombies por su cuenta, pero en Japón no existe el clima del desierto por lo que no estaba del todo seguro de como es ese lugar más lo que había averiguado a través de los libros y de la Internet. De cualquier forma, llevar a alguien que había crecido en esos lugares era mucho mas seguro que confiar en su intelecto, pero si basándose en su intelecto es que la escogió a ella, entonces seguía confiando en su conocimiento.

Advertido sobre la amenaza de posibles peligros que existían en el desierto además de lo que habían ido a buscar, se detuvo en seco y miró a su alrededor. - ¿Con que serpientes y escorpiones, eh? Tuviste una infancia divertida - entonces escucho un sonido bastante peculiar. Algo parecía estar arrastrándose en la arena y estarles siguiendo lo cual provoco que el pelinegro se diera media vuelta para observar de que se trataba. Era una serpiente que zigzagueaba por el suelo mientras se acercaban a ellos, sacando su lengua que hacía ese sonido particular de ellas. - Oh, mira lo que encontré - hablando del rey de roma.  La serpiente se lanzó a atacar al chico, pero este la sujeto de su cuello, o por lo menos cerca de su cabeza, deteniendo el ataque y le sonrió al animal. - Parece ser que ella también nos quiere comer, ¿no cuenta eso como un zombie también? - se rió un poco, estaba totalmente seguro de sus acciones con el animal, pues gracias a todos el asunto de los muertos vivientes sus reflejos se habían visto obligados a incrementarse de manera considerable para poder sobrevivir. Decidió llevarse la serpiente y usarla como una especie de cadena, por lo que empezó a darle vueltas en el aire por lo menos hasta que la cabeza del animal golpeó una roca por accidente. - Ah, rayos... la mate - dijo decepcionado y dejo caer el cadáver al suelo.

Entonces escuchó un gemir bastante conocido, era un gemir de hambre hecho por uno de los zombies lo cual indicaba que ya estaban bastante cerca. - Vamos, Merumeru - exclamó emocionado. Frente a ellos se encontraba una colina la cual debían de subir para poder observar a los zombies que se encontraban justo detrás de esta. Una gran cantidad de muertos-vivientes se habían reunido en lo que parecía ser un edificio abandonado, posiblemente un laboratorio o base militar que requería de un gran campo abierto para realizar sus actividades. El nido seguramente se encontraba en el interior de aquel edificio, pero el pasar entre todos esos zombies iba a resultar un gran problema pues eran simplemente demasiados. - Esto va a ser interesante - su sonrisa se mostraba maliciosa, empezaba a sentir la adrenalina que comenzaba a subirse a su cabeza, primeramente había que pensar alguna forma de deshacerse de aquellos zombies de ahí o por lo menos a la gran mayoría. Entonces recordó el cadáver del animal y volvió por el.

Regresando con el animal empezó a explicar su plan improvisado - Bien, esto es lo que haremos - aclaró su garganta como si fuese a dar una conferencia a un grupo armado sobre el plan de batalla - Esta serpiente, la arrojare a los tanques de combustible para que el montón de retrasados se acerque a ellos y entonces tu disparas para que todos vuelen en una linda explosión, esto seguramente hará que los zombies capaces de correr salgan por el ruido y vengan por nosotros, deberás encargarte de ellos antes que nos alcancen - terminó su explicación. Sacudió sus brazos un poco para calentar y después agarro al animal de su cola para lanzar lo mas lejos posible tomando el vuelo necesario como si fuera un tiro olímpico. La arrojó y tal como había dicho golpeó el tanque de combustible produciendo un sonido metálico que llamó la atención de los muertos haciendo que se acercarán a él. - Empieza lo divertido -

Advirtiendo al joven de aquellos factores que podían impedir su trabajo, el sujeto paró en seco mientras se veía pensativo, Meru simplemente comenzó a caminar hacia adelante hasta que escuchó su comentario, como consecuencia de escuchar dichas palabras soltó una pequeña risa y un sentimiento de nostalgia mezclado con diversión se hizo presente en su ser. - Podría decirte que tuve una infancia divertida, peligrosa y arriesgada, pero divertida – Le respondió para seguir caminando hasta que logró aislar en sus oídos un sonido peculiarmente familiar, podría reconocer el siseo de una serpiente a kilómetros, estaba acostumbrada a lidiar con esa clase de criaturas ponzoñosas en el campo donde vivía.

- Deshazte de esa cosa, así de bonita como es también puede llegar a matarte en minutos. Las serpientes de este desierto en particularidad poseen un veneno muy fuerte, podrían matar a una vaca en minu…- no fue necesario seguir advirtiéndole, pues había tomado a dicho animal con tanta maestría, en verdad había impresionado a la joven que no podía creer lo que su compañero hacía a continuación con la serpiente, estaba zarandeando a la criatura como si fuera una simple cuerda por el aire… le dolió más a ella ver cómo es que misma murió a causa de que su cabeza impactó contra las rocas. - Realmente pareces un niño en situaciones como estas –susurró mientras se reía y seguía caminando, observando sus alrededores con cautela para no volver a encontrarse con un bicho de esa clase de vuelta.

-Tendré que acostumbrarme a que me llames de ese modo…- dijo mientras seguía los pasos de su compañero, los muertos vivos estaban cerca de su ubicación actual, en ese momento comenzó a correr hacia la colina que se hallaba frente a ellos ya que aquel horrendo sonido provenía del otro lado. -Al fin aparecen, hace tiempo que no me encontraba con ninguna de estas criaturas… - Dijo mientras observaba el panorama que se presentaba frente a ellos, una gran cantidad de zombies deambulaban por esa zona, todos concentrados en aquel edificio abandonado con aspecto de laboratorio clandestino, luego observó cómo es que el semblante de su compañero se volvía algo malicioso y macabro pero lo que más llamó su atención fue que el mismo se dirigía hacia atrás, lo siguió con la mirada unos minutos hasta que regresó con aquel animal muerto en sus manos, sin entender absolutamente nada de lo que su amigo estaba planeando.

Luego de que Ayumu diera a conocer su plan, comenzó a calcular distancias para definir las opciones que tenía, debido a que el blanco era un tanque altamente inflamable, tenía el tipo de balas perfecto para esa tarea. - Con que quieres fuego ¿Eh? Entonces eso tendrás, Ayumu – dijo mientras desenfundaba la pistola negra y la recargaba con las balas escarlata. - encima el clima está perfecto para esto – volvió a decir mientras apuntaba directamente al blanco, lo único que debía hacer era disparar y luego deshacerse del excedente que tenía a su alrededor.

Luego de que Ayumu arrojara aquel cadáver sobre el tanque de combustible observaba como es que aquellos zombies se acercaban al mismo de una manera torpe, pero certera. - Distancia estimada, 20 mts desde el punto de disparo, probabilidad de dar en el blanco… 99,9% - Luego de calcular en voz alta la distancia aproximada y la efectividad del disparo, y al ver la gran cantidad de seres que se habían incluso trepado sobre aquel tanque, efectuó el disparo. - Técnica especial ¡Disparo de Fuego! - Dijo en el momento de disparar, el impacto fue satisfactorio y las condiciones climáticas del ambiente favorecieron a la combustión de la bala, al penetrar el tanque con combustible la explosión inmediata se efectuó, los zombies que estaban dentro del radio de tres metros alrededor de aquel contenedor más los que se hallaban sobre él habían sido afectados por la explosión, muchos habían permanecido inmóviles y completamente carbonizados (Mas que nada los que estaban sobre el tanque y los que se hallaban a un metro de distancia, ya que el fuego le dio de lleno) otros todavía podían moverse… pero era cuestión de tiempo para que se quemaran completamente.

- Que asco de aroma  – decía mientras recargaba sus armas con balas normales, ahora iba a empezar lo divertido para la joven al ver que varios engendros se dirigían hacia ellos de manera torpe, un simple disparo en sus cabezas y acabaría con la mayoría de ellos. -Ayumu, ¿Puedo preguntarte algo? – Dijo la joven mientras apuntaba al más cercano de los objetivos. - Los zombies ahora… ¿Son enemigos naturales o qué? – en ese momento comenzó a disparar hacia los que tenía frente a ella, derribando a los que más podía. Estaban en una situación en donde el problema no era la fuerza, sino la cantidad de enemigos a su alrededor.

Estaba esperando expectante a que Merumeru disparará para poder observar aquella hermosa explosión que quemaría a una gran cantidad de zombies, finalmente sucedió y empezó a dar brincos de alegría extendiendo sus brazos. - ¡Fuego! - gritaba una y otra vez mientras observaba a arder a todas esas criaturas que ahora trataban de alcanzarles pero la mayoría de ellas se terminaba incinerando y desapareciendo en el viento del desierto en forma de cenizas apenas daban los primeros pasos, dejando a pocos sobrevivientes que trataran de alcanzarles. De pronto, tal y como había predicho aquellos zombies que tienen todas sus capacidades físicas, los predators, salieron de su escondite para tratar de comer a los agresores. Decidió que Merumeru podría encargarse de ellos.

De pronto fue bajado de sus nubes cuando le preguntaron algo de lo mas extraño, o así le parecía a el. Miro un poco desconcertado a la chica y después sonrió empezando a hacer unos círculos en el aire con su dedo índice. - ¿Que pasa? ¿De pronto tienes dudas? - pregunto tranquilamente mientras observaba a los zombies que corrían hacía ellos. - Supongo que podrías llamarlos así - devolvió ambas manos hacía sus bolsillos al ver que estaban comenzando a ser alcanzados por aquellas criaturas y se dedico a patear a quienes se acercaban demasiado a Merag para que ella se pudiera concentrar en los que aun permanecían lejos. - Puedes pensar en ellos como enemigos naturales, o como una organización malvada o como traidores de la humanidad, pero son enemigos al fin y al cabo - seguían acercándose demasiados y de pronto ya tenían todos encima de ambos. - Heh, no me subestimen groseros, Air Cutter - agitó su brazo frente a el creando cuchillas que se lanzaron en contra de la horda de zombies cortando, la cabeza o el centro de estos provocando que al instante cayeran al suelo, esta vez completamente muertos y sin posibilidad de que vuelvan a levantarse. Se acercó a uno de ellos y se inclino para tomarlo de sus ropas rasgadas y alzarlo un poco. - Sea como sea, ellos ya no son lo que solían ser y muchos de ellos empiezan a descomponerse aun estando vivos - soltó a aquel sujeto que había tomado y este se hizo polvo en la arena en cuanto azoto contra esta, parecía ser que igual ya no le quedaba mucho tiempo de vida natural.

Sacudió sus manos y volvió a levantarse mirando desde arriba a la chica - Representan un peligro para quienes aun siguen sanos y además les haces un favor si los matas antes y evitas su sufrimiento - se acercó con curiosidad a la vaquera y se metió debajo de su sombrero para verla directamente a los ojos como si estuviese tratando de leer lo que estuviera pensando. - ¿Era la clase de respuesta que esperabas? - sonrió. Estaba bastante seguro de sus deducciones y sabía que algo se le estaba cruzando por la mente. Como buen líder que era, o creía serlo, debía deshacerse de cualquier rastro de duda de sus subordinados para que pudieran trabajar eficientemente y evitar que corran peligro alguno.

Volvió a separarse de ella y empezó a caminar en dirección al edificio de donde habían provenido los zombies, haciendo los cadáveres a un lado para poder pasar mejor entre ellos. - Apenas estamos comenzando, lo siguiente sera aun mas difícil y puede que te haga pensar aun mas - se detuvo en seco y volteó a verla por sobre el hombro. - ¿Estás segura de que quieres venir? - le pregunto serio. Necesitaba a Meru para poder sobrevivir al desierto ya que era un área en el que no estaba experimentado, pero una vez dentro del edificio ya no sería vital su ayuda, podría continuar por su cuenta como había hecho antes aunque le fuera mas complicado, pero prefería no arriesgarla.

Simplemente atinó a reír mientras negaba con la cabeza, a veces este sujeto resultaba ser un tanto infantil, estas actitudes eran comparables a las de los niños pequeños cuando se emocionan por ver un espectáculo de fuegos artificiales en el cielo, se nota que este sujeto es bastante impredecible… - Interesante – murmuró mientras observaba como es que los Predators se acercaban a ellos con una agilidad importante mientras ella apuntaba para disparar.

Se quedó callada al escuchar las palabras de su compañero ¿Acaso tenía dudas? Para nada, ella sabía que una persona transformada en monstruo perdía la completa conciencia, los recuerdos y sentimientos humanos son reemplazados por ese intenso sentimiento de hambre y destrucción que los caracterizaba, aún podía recordar cómo es que sus padres y hermanos se habían transformado en esas cosas. Y ella decía que este chico le recordaba a un niño pequeño… Al escucharlo hablar pudo recordar el por qué decidió unirse a su clan antes que a cualquier otro que hubiese… su presencia y su forma de ser eran algo admirable, se notaba que poseía un gran conocimiento sobre ciertos aspectos que una persona normal ignoraba, admitió fielmente que admiraba a este infantil muchachito.

Los Zombies venían uno tras otro, Merag se ocupaba de los que estaban más lejos mientras que Ayumu con un simple movimiento, producto de su habilidad, se deshizo de aquellos que se acercaban ellos con velocidad. Derribaros no era difícil, pero lo que les esperaría luego de este pequeño obstáculo le tenía algo alerta ¿Preocupada ella? No podía ser posible mientras tuviera la fuerza para deshacerse de esos zombies. Él tenía razón, ya no eran lo que solían ser en el pasado, ahora eran seres que amenazaba a los pocos que quedaban en pie, tenían que acabar con ellos lo antes posible para poder restaurar el equilibrio y avance de la raza humana, había un futuro al cual se debía caminar.

Pudo acabar con balas simples a aquellos que se movían por las afueras de aquel edificio, por lo que recargó de nuevo ambas armas con el fin de encontrarse con los monstruos que yacían dentro de aquel edificio abandonado, hasta que el joven Ayumu levantó a uno de ellos el cual yacía muerto, cuando lo soltó con brusquedad contra el suelo pudo ver cómo es que el cuerpo descompuesto se hacía polvo mientras que el viento lo arrastraba un poco más lejos, observó el panorama desolador y se dio cuenta de que ellos ya no eran humanos… sino una raza enemiga, ellos se volvieron los antagonistas, no eran los mismos que fueron alguna vez en el pasado.

- ¿Q-que…? No pudo decir más cuando se dio cuenta de la cercanía que él había impuesto en ambos, los nervios y la tensión la habían invadido en aquel momento al verlo de frente… un niño ¿Verdad? Pues en ese momento no tenía nada de niño. Luego de escuchar su pregunta simplemente asintió dándole la razón a sus palabras (De todas maneras eran ciertas) pero cuando él le preguntó si estaba segura de que podía seguir sintió cierta incomodidad, no por cobardía sino el planteo que le había hecho, la pregunta era demasiado absurda para ella.

- Escucha, Ayumu – dijo la joven con voz seria mientras se ponía de pie y avanzaba hacia adelante con el arma en sus manos - Si crees que voy a dejarte en estas condiciones, estás muy equivocado…- Ella sabía muy bien que su líder podría encargarse solo de todo el edificio si quería, pero ella no tenía esos ideales, ella no abandonaría a su jefe de esa manera - Yo tuve que matar a mi familia, ellos se volvieron enemigos sin conciencia…- luego de decir eso, apuntó a la cabeza de un objetivo que venía corriendo solo hacia ellos con un hambre desesperada, jaló del gatillo dándole fin a su patética existencia. - No voy a dudar ni voy a moverme de aquí, además… No dejaré que te lleves toda la diversión como si nada. – En ese momento se adelantó a su jefe y lo observó por encima del hombro con una sonrisa tranquila y algo burlesca, para luego voltear hacia el frente con sus armas empuñadas en ambas manos.

- Desde aquí se pueden escuchar los rugidos y gemidos enemigos, por lo que veo hay bastantes allí dentro – se dijo a si misma mientras ponía un pie dentro de aquel lugar sin saber cómo acabaría esa misión, pero a ella poco le importaba - Esto se ve más interesante a cada momento, a ver si lo que contaban los libros de ciencia ficción se vuelve realidad – Se dijo con una sonrisa en los labios, mientras esperaba a que su compañero se acercara para poder iniciar la segunda parte de la misión, ella quería regresar a casa temprano ese día así que mataría a todo enemigo que se le opusiera.

Se miro sorprendido cuando ella de pronto le soltó todo aquello y después de que termino con lo que estaba diciendo no pudo evitar el reírse por lo bajo y para sus interiores para que ella no se enterara. El hecho de que hubiera soltado todo aquello ante una simple pregunta le causaba bastante gracia. El únicamente esperaba que le dijeran "si" o en su defecto "no", quizá incluso un "solo si me proteges" también hubiera estado dentro del rango de lo que esperaba escuchar, pero jamás creyó que se dejaría llevar y diría todo eso. Interesante, totalmente interesante. Incluso utilizó uno de los sobrevivientes para quedar aun mas genial. No era como si le hubiese desagradado aquel momento en que pretendía verse como una persona genial, pero le causaba gracia que lo dijera como si estuviesen apunto de entrar a un lugar del cual nadie mas ha logrado salir, un último jefe o una última batalla. Por otra parte, le agradaba saber que ella era una súbdita leal y confiable hacía el que le resultaba bastante útil.

Entro detrás de ella y observó aquel lugar el cual no parecía tanto un laboratorio, sino era mas parecido a una base militar oculta de investigaciones, lo que significa que si tiene un laboratorio en algún lado, pero también estaban preparados para defenderse en caso de que fuese necesario. Además de que unas banderas colgaban a lo largo del pasillo, pero estaban ya tan deterioradas que no era capaz de identificar correctamente a que país pertenecían. - Sin duda se parece a las bases militares de las películas - comento tranquilo. Luego se acercó quedando justo detrás de la chica. - Por cierto, todo lo que dijiste antes fue bastante genial, pero... - repentina y rápidamente se inclino mordiendo levemente lo primero que pudo de ella, resultando ser su brazo cerca de su hombro y después se echo a correr alzando los brazos como un maniático que disfrutaba la vida. - ¡Si te muerden, pierdes! - exclamo con felicidad mientras se adentraba en la base corriendo alegremente.

De pronto, un bote de basura salvaje se atravesó en su camino, o en realidad el simplemente no lo vio, y lo hizo caer hacía el frente. Se dio media vuelta para mirar hacía arriba y ver como mas predators se abalanzaban sobre el para comérselo. - NO, NO ME COMAN, NOOOOO!-  empezó a lanzar gritos de  terror tratando de hacerlos parecer lo mas posible a las películas de terror mientras los zombies se encontraban sobre el y estaba seguro de que su acompañante estaba observando. De pronto apareció a un lado de Merag totalmente ileso y con una sonrisa divertida. - ¿Te gusto eso? Fue totalmente dramático, ¿cierto? - se rió un poco. Había activado su escudo de aire por lo cual los zombies no eran capaces de hacerle daño y utilizó su habilidad para moverse libremente en el aíre para salir de las garras de los que querían comérselo. Las criaturas les empezaban a rodear tanto del frente del pasillo como de detrás de este así que expandio el escudo de aire para que también cubriera a la chica. - Muy bien Merumeru, puede comenzar a disparar - ordeno mientras llevaba sus manos a sus bolsillos. Gracias a aquel escudo, los zombies no eran capaces de acercarse a ellos, pero serían capaces de morir gracias a las balas de la chica.

Mientras la chica se encargaba de matarlos, notó un papel en el suelo el cual le llamó la atención. Se encontraba junto a un uniforme el cual seguramente había pertenecido a algún desafortunado soldado que fue comida para las criaturas.El papel se veía algo viejo y maltratado pero al abrirlo pudo darse cuenta rápidamente de que se trataba de un diseño de aquellas instalaciones, lo cual servía como un mapa. - Oh vaya, esto es conveniente - se inclino en el suelo con total confianza en el escudo de aire y en que Merumeru se encargaría de los enemigos para ponerse a marcar sitios en aquel "mapa" para ayudarse a guiar mejor a través del edificio y completar antes su misión.

Ingresaron a aquel edificio abandonado mientras la joven escaneaba todo a su alrededor, el aspecto de aquel lugar mostraba una especie de base de operaciones o algo parecido, pero el aroma y aspecto de aquel lugar eran simplemente repugnantes. Se quedó de piedra al escuchar a su jefe hablando acerca de las palabras anteriores de la joven, para luego sentir una mordida sobre su brazo… - Definitivamente te comportas como un niño cuando quieres – dijo sin más mientras preparaba sus pistolas para atacar a cualquier cosa no viva que se moviera por allí, estaba preparada para lo que se venía.

Observaba también el momento en que el bote de basura salvaje aparecía frente a ellos cayendo desde no sabía dónde, para luego observar cómo es que un grupo de Predadores venían hacia ellos dos, el joven Ayumu parecía dar gritos de terror y por un segundo la preocupación se hizo presente, y más al ver la cantidad de zombies que rodeaban al sujeto en aquellos momentos, esa preocupación se esfumó en un instante mientras se reía a carcajadas por la sobre actuación de aquel muchacho. Su sonrisa se amplió mucho más al ver cómo es que su compañero sonreía divertido mientras se abría paso entre todos los muertos vivientes completamente ileso. - Estuviste sobreactuado, deberías estudiar más sobre dramas – decía la joven mientras apuntaba a uno de ellos, el cual se acercaba a gran velocidad hacia ambos cazadores de zombies. En aquel momento Ayumu haciendo uso de sus habilidades creó un escudo que no permitía el paso de los enemigos, cubriéndolos a ambos en una capa de aire.

- No puedo esperar – dijo Merag mientras carcajeaba debido a los nervios, la emoción y la sensación de peligro que invadía su cuerpo en aquel momento, dando a entender que estaba completamente preparada para lo que estaba a punto de ocurrir, y así fue. La balacera comenzó de parte de la joven, quién con su arma de color negro comenzó a disparar a todos los zombies apuntando a sus cabezas o pecho para poder producir el mayor daño con la menor cantidad de balas. Mirando hacia arriba unos instantes pudo ver que había varios objetivos a disparar, pero de ellos se encargaría más adelante puesto que ahora tenía un problema frente a ella. - Recargar –dijo mientras reemplazaba su cartucho de balas a la mayor velocidad posible y seguía disparando, escuchó a su compañero murmurar por lo bajo… parecía que se habían topado con un gran premio. - ¿El mapa de un tesoro? – dijo divertida mientras seguía apuntando hacia sus objetivos que salían desde varios lugares a la vez, muchos saltaban desde arriba tratando de romper aquella capa de aire, y se iban sumando. Su compañero se había inclinado en el suelo para poder revisar con cautela dicho papel mientras la joven continuaba con su labor.

Estuvo así por un rato hasta que de un momento a otro dejaron de aparecer dichas criaturas frente a ellos, aún así no bajaría la guardia, la mordida de su compañero la había dejado algo sensible mentalmente ante los ataques enemigos. - Parece que se cansaron de comer plomo, veo que no les agrada ese sabor – replicó Meru mientras recargaba una de las armas y mantenía la otra a flote… - ¿Qué estabas haciendo, niño? – Ella estaba consciente de que él era un año mayor que ella, a la vez estaba consciente de que era más inteligente y más fuerte que ella, pero muchas de sus actitudes demostraban lo contrario. - Aún así, puedo notar que hay mas de dónde salieron éstos… así que tenemos que prepararnos, aunque me siento orgullosa de mi trabajo aquí– Dijo mientras observaba el panorama a su alrededor con una sonrisa mientras se quitaba el sombrero y se abanicaba con él debido al calor que sentía en esos momentos, por el gasto de energía que tuvo que afrontar a causa de los disparos que había efectuado. En ese momento pudo escucharlo, un rugido un tanto más potente que los anteriores escuchados. - ¿Sabes hacia dónde tenemos que ir para acabar con esto de una vez? – la joven estaba algo nerviosa y emocionada, eso se le notaba en la voz.

Estaba bastante concentrado haciendo calculos y posibles resultados sobre que se podrían encontrar en caso de que siguieran tales o cuales caminos dentro de aquel instalado. Acorde a sus conocimientos sobre los zombies calculaba que tipo de zombies podían encontrarse en que lugares, así como donde podrían estar sus objetivos. Todo lo que tenían que hacer era eliminar cuantos zombies le fueran posibles y deshacerse de las banshee para que no siguieran reproduciéndose, por lo que deberían de viajar muy profundo de aquella base la cual era mucho mas grande de lo que se podía apreciar por afuera. Tenía tres pisos los cuales eran bastante grandes al extenderse por debajo del suelo. Seguramente les tomaría un buen tiempo el terminar aquella misión y Merumeru no podría volver a casa rápidamente como deseaba.

Justo había terminado de analizar aquellos planos cuando la peliverde terminó con su trabajo también - ¿A quien llamas niño? - replicó sin mucho interés realmente en como le llamaran.  Se levantó y guardo aquellos planos en la parte trasera de su pantalón. - Estos de aquí eran meros peones a comparación de lo que sigue, no te dejes llevar por tus pequeñas victorias hasta que la misión este terminada y hallas salido con vida - empezó a caminar mas hacía el interior del complejo pues se había memorizado la mayoría del "mapa" y no necesitaba verlo. Podría decirse que ahora conocía aquel sitio como si fuera su propia casa. Mantuvo su escudo activo por aquello de que a los zombies les agrada atacar por sorpresa, especialmente a unos en específico.

Tal y como había pensado, andando entre los pasillos de aquel lugar pronto les salto desde el techo uno de esos zombies que se especializan en ataques silenciosos y sorpresivos, los stalkers, habían encontrado el primero de ellos. No había tiempo para reaccionar o para hacer algo, pero el escudo de aire era mas que suficiente para repeler el atentado de aquel zombie el cual luego de chocar contra la barrera salió volando por los aires y empezó a saltar de una pared a otra a gran velocidad a lo que pronto se le unieron mas a realizar lo mismo de estar salando y golpeando el escudo tratando de traspasarlo. El pelinegro levanto las manos mientras les dedicaba una burlesca sonrisa y se aplicaba a mantener el escudo activo. - Parece ser que a ciertos conejos les gusta molestar - De pronto empezó a reír. - ¿Entiendes? Conejos, porque saltan - siguió riendo de su chiste malo sin importar si había sido agradable o no.

De pronto empezaron a verse rodeados nuevamente no únicamente por los stalkers sino también empezaron a llegar algunos golems que comenzaron a golpear el escudo con su fuerza bruta tratando de romperlo, cosa que se notaba iban a lograr. - Oh vaya, parece que se acabo el tiempo - sonrió y dejo de hacer esfuerzo por mantener la barrera. En lugar de eso agarro a Merumeru de la cintura y pego un gran salto hacía el interior del cuarto de donde habían salido los stalkers y golems. Dicho cuarto parecía ser donde guardaban el combustible y tanques grandes como el que habían volado afuera se encontraban almacenados ahí. - Si los golems están aquí significa que estamos cerca de algunas banshee - menciono saltando hacía los tanques mas altos para evitar la mayoría de los zombies y deshacerse de los stalkers que trataban de interceptarlo con patadas. Finalmente los stalkers quedaron derrotados así que se detuvo en el tanque mas alto y dejo bajar a Merumeru. - Tarde o temprano nos bajaran de aquí, pero mientras tu piensas en una solución... - se acerco a la orilla del tanque para mirar a los zombies debajo de este y hacerles burlas del hecho que no podían alcanzarles.

El sujeto estaba matando ilusiones, al escuchar lo que había dicho referente a la victoria que la joven tenía por orgullo y autoestima en aquel momento, su semblante decayó unos instantes. - Déjame Soñar, niño – Respondió con cierto aire de molestia fingido mientras se alistaba para lo peor, sabía que esto apenas estaba empezando - Supongo que ahora llegará el plato fuerte, espero que podamos salir con vida de esta… aquí mueren mis sueños de llegar temprano a casa… - resopló con cierto desdén mientras volvía a colocarse el sombrero sobre su cabeza y se quitaba el pañuelo del cuello para envolver con él una parte de su antebrazo izquierdo, ya estaba empezando a sentir dolor a causa de la gran cantidad de disparos que había efectuado, sacó los cartuchos vacíos de sus armas y volvió a recargar a la velocidad más alta que podía.

Y tenía razón, tan pronto como comenzaron a avanzar y adentrarse entre las instalaciones, uno de los Stalkers se hizo presente, de no ser por el escudo que el jefe estaba manteniendo con su energía, no hubiéramos contado el cuento… y así como uno apareció, otros cuantos más se hicieron presentes mientras les rodeaban y saltaban, uno tras otro se iban sumando con el propósito de romper la barrera que estaba protegiendo a ambos sujetos. - Conejos… ojalá fueran conejos  – dijo mientras disparaba a su alrededor a los que más podía, si sus blancos no eran móviles no sería tan sencillo, pero al tenerlos tan cerca de su ubicación su puntería sería más certera, gastó un par de balas más de lo normal para derribar a tres o cuatro de ellos, pero no se percató de lo que venía a continuación.

Los Golem aparecieron de la nada tratando de quebrar su defensa, y lo lograron. En ese momento el joven Ayumu tomó a Meru de la cintura para dirigirse a una de las habitaciones, de allí salían los Golem y los Stalkers… eso solamente podría significar una cosa. - Estamos cerca – mencionó en voz baja mientras observaba como su compañero iba subiendo hacia unos tanques con ella en brazos hacia la ubicación más alta que allí había, esa habitación contenía un gran abastecimiento de combustible, no solo se dio cuenta de ello por los tanques, sino también por el aroma que se hallaba en el ambiente… esto iba a ser complicado.

- Yo… ¿Qué? – se preguntó mientras el joven se disponía a hacer gestos graciosos con la mano burlándose de los zombies. La joven no podía creer la actitud infantil que su compañero estaba teniendo en aquellos momentos pero no era tiempo para pensar en aquello, supuestamente sería él quién formulara las estrategias de escape y destrucción, ella solamente me limitaría a disparar. - A ver… ¿Qué tenemos de utilidad aquí? Hacer estallar los tanques con nosotros dentro no es una opción, por eso… tendríamos que salir de aquí prim… - no pudo continuar al ver el techo, las farolas que allí se hallaban colgadas más algunos artefactos viejos (Latas y contenedores de combustible portátiles, bidones con Aceite de motor y derivados) sujetados con cuerdas atadas en forma de red desde arriba hicieron que su rostro se iluminara, pero antes de que comenzara con su plan le advirtió a su compañero. - Joven Ayumu, le recomiendo que se prepare para la gran cantidad de polvo que se avecina – y dicho esto, inició con el plan de manera básica.

No tuvo otra opción, primero tenía que atontar a los enemigos con golpes certeros, tomando sus pistolas y disparando hirió a varios de ellos apuntando a sus cabezas con más de un balazo para noquearlos por un tiempo, suficiente como para poder salir de allí por una de las puertas laterales que habían en aquella habitación o salir por la puerta de donde habían entrado. Luego de disparar a unos cuantos Golems y Stalkers que allí se hallaban comenzó a disparar en dirección al techo, rompiendo las cuerdas que sostenían aquellas luces y artefactos oxidados que se sujetaban a los amarres, provocando que el resto de los objetos cayera de repente en aquel lugar junto con una gran cantidad de polvo, tomó un poco de aquel residuo entre sus manos y lo refregó sobre sus dedos mientras sonreía, este material le recordaba a su querido Texas. Sujetó una de las cuerdas que descolgaba del techo y jaló fuertemente de ella para poder arrojar los objetos colgados que aún no habían caído.

- Hay que salir de aquí antes de que despierten… pero hay dos puertas a elegir, desde afuera disparamos a los tanques y terminarán fritos, y si el fuego no funciona, el polvo hará el resto del trabajo ¿Por dónde cree que deberíamos ir? – Preguntó la joven mientras disparaba a algunos de los objetivos que se hallaban moviéndose lentamente gracias a que fueron aturdidos por la gran cantidad de golpes que habían recibido, pero solamente apuntaba a sus cabezas o miembros sobresalientes, si llegaba a errar en algún disparo, terminarían muertos. - ¿Podrías llevarnos rápido hacia alguna salida? Sea cual sea, no tendremos más de 5 minutos hasta que despierten, luego dispara hacia los tanques – Le dio una de sus armas, tenía que descansar sus brazos aunque sea un minuto, estaba demasiado adolorida de ellos en esos momentos.

¿Por que razón de pronto había dejado de dar órdenes cuando se suponía que el debía de comandar todo? Bueno la respuesta era sencilla por lo menos para el. Ya había comprobado la lealtad y utilidad de su aliada, pero ahora quería calcular también la astucia que poseía para casos en los que ella tuviera que hacerse cargo y tomar sus propias decisiones, en ocasiones teniendo que cargar únicamente con ella misma y en otras veces tendría que comandar a otros que no pudieran hacer más que obedecer o morir, pero al parecer ella no iba a estar en alguna de esas situaciones y de eso se encargaría Ayumu.

Siguió su plan tal como ella lo había hecho, evadiendo los objetos que caían del techo y colocándose en un lugar seguro para después observar al montón de monstruos que habían quedado aturdidos momentáneamente por los golpes que habían recibido en las cabezas, pero eso no sería suficiente para acabarlos por completo, lo único que estaba haciendo era conseguir tiempo y después de conseguir distancia volar a todos los que quedaran vivos haciendo uso de los tanques de combustible. Parecía ser un plan bastante bueno y que aseguraba la sobrevivencia de ambos, pero aquel plan no era aceptable. Luego de recibir el arma la miro un poco y después la tomo del cañón tocando con la empuñadura la cabeza de la peliverde haciendo un ruido como si le hubiera golpeado - POM - luego le devolvió su arma ya que no era su estilo utilizarlas - Si tuviera que calificar tu plan del 1 al 10, le daría un 6 - volteó a ver de reojo a los enemigos y calculo su tiempo para hablar tranquilamente. - Es cierto que con eso sobreviviríamos y los que se encuentran en este cuarto morirían seguro, pero quienes están en niveles inferiores seguirían vivos y no la misión no estaría completa adecuadamente -  le explico usando los diseños que había encontrado anteriormente para ayudarse en su explicación y luego volvió a guardarlos. - En estás misiones, no solo debes ver por tu supervivencia, tienes que ver también la posibilidad de completarla -

Se dio después media vuelta y observó que los Golems y Stalkers que habían sobrevivido ya estaban comenzando a salir de su pequeña distracción volviendo a concentrarse en el chico y la chica para volver a tratar de comerlos. - Espera aquí - le indicó a su subordinada y después se lanzó a un pequeño combate contra aquellos seres. Evadía los ataques saltando por las paredes mientras que los stalkers lo seguían, así como los golem solo que estos últimos no eran capaces de saltar. Entonces consiguió hacer que sus enemigos se acomodaran y dejo de huir para pasar ahora a la ofensiva. - Air cutter - lanzó sus cuchillas golpeando a todos los enemigos y partiendo estos a la mitad consiguió vencerlos. Regresó hacía donde se encontraba su subordinada esperando, con una gran sonrisa de victoria en el rostro. - Eso esta mejor, ¿no crees? - Luego le indicó con un gesto de mano que era momento de continuar, pero se detuvo un poco en seco y volteó a verla de reojo por sobre el hombro. - Sobre lo que dije antes de completar la misión, olvídalo por lo menos hasta que tengas mas experiencia y seas mas fuerte como yo, prefiero que fracases la misión a que puedas morir - le ordenó seriamente y luego siguió caminando al interior del complejo.

Llegando a la siguiente habitación, se podía observar que era un área de pruebas donde existían varios tubos de gran tamaño echos para encerrar gente dentro de ellos y mantenerlos dentro de agua para poder aplicarles tratamiento específicos. Seguramente en aquel lugar eran utilizados de formas diferentes a tratamientos, pero eso no importaba ahora ya que no había quien pudiera utilizarlos. Aquel sitio estaba bastante oscuro así que trato de encender la luz, pero fue en vano. - Vaya, parece que alguien no pago la cuenta - sonrió y saco su celular activando la opción de lámpara para iluminar aquel lugar. - Si te preguntas porque llevó mi celular cuando ya no hay servicio, es porque me gusta usarlo para jugar, bastante conveniente ¿no? - Empezó a recorrer la luz por aquel lugar a lo que pronto se observó lo que parecía ser una persona. Volvió la luz a donde se había visto para confirmarlo, era una banshee la cual llevaba en brazos a lo que parecía ser su hijo muerto, seguramente había dado a luz no hace mucho y ahora lo cuidaba. Alumbrando mejor, se podía observar detrás de ella mas banshees donde algunas llevaban pequeñas crías y otras simplemente se encontraban sentadas esperando a algo. Cuando todas reaccionaron ante la luz, empezaron a gritar de una forma bastante molesta y tan fuerte que podría romper los tímpanos de cualquiera. Ayumu venía preparado para esto, saco un par de algodones y los colocó en los oídos de Meru para bloquear el sonido e hizo lo mismo con si mismo, luego volvió a alumbrar a las banshee. - Comienza a eliminar esas molestas Merumeru, dispara - ordeno.

- Un seis… - dijo ella con una sonrisa en su rostro, sabía que aún le quedaba mucho por aprender pero no le molestaba en lo más mínimo el ser corregida de esa manera, y no era por ser una persona extraña a la que le agrade esa clase de trato, sino porque el unirse a este chico tenía como objetivo aprender a sobrevivir y valerse por sí misma, sabía que en algún momento ella tendría que tomar decisiones estando completamente sola y no podía darse el lujo de equivocarse en ningún movimiento. - Si no tuvieras tu equipamiento y solo tuvieras estas armas como tu único sustento ¿Qué hubieras hecho en mi lugar? – preguntó con una sonrisa mientras veía como es que todos los muertos vivientes eran acabados de un solo golpe gracias al equipo de su jefe. Él era demasiado cuidadoso en ciertos aspectos, cuando mencionó lo de sus preferencias sobre el terminar una misión y la muerte se dio cuenta, por más que sea por interés, él también velaba por la vida de sus compañeros y subordinados.

Siguieron caminando por el complejo mientras observaban cautelosos a su alrededor por si algún zombie salvaje aparecía sin avisar. - Si fuera Geared como tú, las cosas serían más fáciles para mi, aunque… - en ese momento la joven tomó ambas armas, la que tenía y la que había prestado a su compañero, sujetando ambas armas se abrazó a ellas como si fueran sus hijas y dijo con un tono de voz dulce. - ¡No! Mis pequeñas siempre serán las mejores para mi, amo ser Gunner de corazón – no tenía idea de por qué dijo eso en voz alta pero ya era demasiado tarde para tragarse las palabras, así que sonrió con cierta pena y siguió a su jefe por el camino (¿Quién es el niño aquí?).

El joven Ayumu había tomado un aparato electrónico para alumbrar el camino… acaso era… - ¿Un Celular? – Ella no era muy fanática de esas cosas, decía que esos aparatos servían para perder el tiempo y atontar a la gente joven con sus aplicaciones, juegos y demás, y reafirmó su pensamiento acerca de ellos cuando el joven mencionó el motivo por el cual tenía aquel artefacto aún (Afirmando aún más que Ayumu tenía actitudes de niño), no había servicio de celular en el mundo desde los incidentes y la mutación genética, no había internet, no había nada relacionado con la tecnología de comunicación que antes les inundaba. - Espero tenga suficiente batería, escuché que a esos celulares se les acaba rápido la energía. . respondió a sus comentarios con una sonrisa tranquila mientras seguía caminando.

En ese momento la luz de aquel celular había alumbrado a algo, o mejor dicho a alguien. Cuando ellos entraron a verificar se encontraron con un panorama realmente triste y duro, una gran cantidad de banshee tenían a sus crías en brazos y otras esperaban a dar a luz, la joven de cabello verde jamás había visto algo semejante en su vida y eso le causaba más tristeza de lo normal, no podía creer que alguna vez esas criaturas fueron seres humanos y aquellas crías nacían con la maldición a cuestas. Al advertir la presencia de ambos jóvenes las banshee comenzaron a gritar de una manera insoportable para los oídos humanos, Se sabía bien que si no las callaban pronto se verían rodeados de más zombies. El joven había colocado un poco de algodón en los oídos de Meru e hizo lo mismo consigo, luego de eso simplemente dio la orden. - ¡Aye Sir! Hay que callar permanentemente a estas gritonas – En ese momento comenzó con los disparos.

Una a una, iba matando a todas lo más rápido que podía con las dos armas que llevaba consigo, también tenía que deshacerse de las crías que tenían en sus brazos y de las que estaban a punto de parir para evitar que crezcan y se reprodujesen, tenían que erradicar a estas criaturas para poder terminar con la misión lo antes posible aunque presentía la presencia de más lugares como este en el edificio, luego de acabar con todas rápidamente recargó armas y se acomodó el cabello un poco cansada por el esfuerzo al disparar. - No me sorprendería que vinieran mas zombies en esta dirección, hay que apresurarse y salir de aquí, si encontramos un nido en esta sección seguramente debe haber otro de estos cerca, espero equivocarme y que este sea el único en este lugar – Luego de decir esto, comenzó a escuchar pisadas que iban en esa dirección a pesar de llevar el algodón aún en sus oídos, las pisadas eran demasiado fuertes como para pasarlas desapercibidas, se acercaban los demás monstruos alertados por el grito de las que alguna vez fueron Banshee y ahora solamente eran polvo. En ese momento se sacó el algodón de los oídos. - Aquí viene el resto, ¿Los eliminamos de una vez o nos marchamos? – Dijo mientras tomaba ambas armas con sus manos firmes, aún le dolía un poco pero podía aguantar lo suficiente gracias al pequeño descanso que se dio (Al menos ella esperaba tener la suficiente fuerza para hacerlo).

¿Un Geared era mejor que un Gunner? No necesariamente, ese era un error grave el que estaba comiendo Merag. Sus habilidades y capacidades para enfrentarse a una gran cantidad de enemigos y salir ileso no se debían al hecho de que tuviera un equipo especial instalado dentro de su cuerpo que el mismo desarrollo, todo lo que hacía aquel dispositivo era darle la capacidad de moverse libremente como el viento y asi mismo poder pelear de manera mas eficiente contra aquellos monstruos. ¿Que pasaría si no tuviera dicho equipo? Seguramente tomaría alguna otra arma y se entrenaría con ella para poder combatir eficientemente contra los muertos, mientras lograba hacerlo solo usaría su talento natural para salir de problemas. El hecho de que Meru hubiera despreciado su estilo de pelea por tan solo un poco le estaba molestando dentro de su mente, quizá era parte de lo que significaba ser un líder.

Luego de que todas las banshee fueron eliminadas se podía presentir que los refuerzos estaban comenzando a llegar, el algodón ya no sería necesario así que mejor se lo quito de los oídos. A juzgar por la fuerza con la que se escuchaban las pisadas haciendo parecer que una estampida se acercaba, podía deducir que una gran cantidad de los residentes de aquel lugar se dirigían hacía allí lo cual sería un problema combatirlos a todos. En lugar de eso, podría aprovechar el hecho de que se reunirían en un mismo sitio para ir a visitar el resto de los lugares que quedarían desprotegidos, una gran estrategia militar. - Ven - le dijo a la vaquera y la jalo consigo para ingresar a un elevador. Parecía ser que estaba en buenas condiciones, así que apretó el botón para el segundo piso y este comenzó a moverse. Sobre ellos se escuchaba el rugir de cientos de muertos que habían llegado tarde por los intrusos.

El elevador tenía luz a diferencia del cuarto anterior, lo cual era bastante extraño, o en realidad no tan extraño. La fuente de energía de aquel aparato era diferente al de la iluminación, pues no sería conveniente que de pronto se cortara la energía bajo algún ataque y no pudieran utilizar un elemento importante para moverse en la base. Apagó el celular para que no siguiera gastando energía en vano y volvió a guardarlo. Luego posó la mano en el hombro de Meru. - Respecto a lo que dijiste antes, mi equipamiento no es vital para mis capacidades, es la experiencia. - hablo tranquilamente a diferencia de su usual comportamiento - Algún día tu también serás hábil con tus pistolas y alguien te preguntara lo mismo, ¿que harías sin tus armas? - habló bastante seguro en sus palabras y después de haberlo dicho las puertas del elevador se abrieron dejando ver un pasillo oscuro el cual tenía secciones iluminadas y otras oscuras gracias a los focos que se encontraban rotos.

Volviendo a su actitud infantil, el pelinegro se metió gritando de alegría de haber avistado a un ghoul que deambulaba por aquel lugar como si estuviera perdido y le planto una gran patada en la cara que provocó que cayera al suelo y luego le pisoteo la cabeza para acabarlo. - Es hora del nivel dos, sigamos adelante, no podemos perder antes de llegar con el jefe final - siguió corriendo con alegría por el pasillo, descubriendo que tal y como había predicho, la mayoría de los zombies estaban en el cuarto anterior gracias al llamado de las banshee lo que dejaba a muy pocos zombies en aquel lugar, pero igual debía cuidarse de las zonas que estaban oscuras pues no se lograba distinguir algo dentro de estás.

Al escuchar las pisadas de la gran estampida de monstruos que se acercaba hacia ellos, el joven Ayumu la había jalado hacia una especie de ascensor, Merag rogaba que éste estuviera en condiciones para poder subir y así escapar de una furiosa jauría de Zombies hambrientos, pero estaba realmente satisfecha por ver que habían acabado un una parte del objetivo, el cual consistía en destruir aquel criadero en donde se hallaban las banshee. Mientras iban ascendiendo al segundo piso, ella trataba de recuperar el aliento, usar mucho sus armas era algo perjudicial para su rendimiento… y sabía que aún no habían afrontado lo más peligroso, había un objetivo mucho más peligroso e importante a eliminar y para poder realizar sus técnicas especiales debía estar estable al menos en su resistencia.

Mientras recuperaba la compostura escuchaba atentamente a su joven líder, ella sinceramente no creyó que palabras de aliento y experiencia como las que escuchaba saldrían de la mente y el pensamiento compañero de misión, su comportamiento había sido completamente distinto al de momentos atrás, en donde el joven simplemente se portaba como un infante que veía esta misión como un juego. Supuso que el papel de liderazgo lo hacía razonar de aquella manera, sabía que el haberse unido a su clan había sido una idea buena después de todo… descabellada, pero buena al fin y al cabo, ella daría de sí misma para ayudarlo a llegar hasta la cima porque sabía que muy en el fondo él era un buen chico. - Gracias, Ayumu – respondió de manera sincera mientras salían de aquel ascensor , el cual abría sus puertas indicando que habían llegado al segundo piso.

El joven había vuelto a su infantilismo de manera inconsciente, alegrándose mientras pisoteaba la cabeza de un zombie de poca monta que, para su ruina, se metió en el camino de su inusual compañero. No había monstruos a la vista (Aparte del desgraciado pisoteado) pero el lugar estaba particularmente oscuro. Mientras seguían caminando hacia adelante comenzó a reírse por el comentario de su compañero - Esta situación me recuerda a la de los videojuegos, en donde se deben pasar ciertos niveles para poder encontrarse con el “Gran Jefe”, y destruirlo. Nuestro último objetivo será el que comanda a estos pobres diablos ¿Cierto? – haciendo referencia al supuesto Royal que se encuentre en la base abandonada. El momento de diversión se detuvo en un solo instante, esa sensación que la incomodaba se intensificó por un momento.

- Nos observan, desde distintos puntos. – dijo la joven acercándose a la diestra de su compañero mientras observaba a sus alrededores con cierta atención, hasta que logró verlo. Frente a ella se hallaban un par de ojos brillantes y desorientados, para luego mostrar una silueta que trastabillaba a cada paso que daba, su respirar era casi imperceptible y lento, podía sentir varias pisadas que provenían desde el fondo, detrás de ellos se hallaban más como él y eso no le agradaba en lo más mínimo. - Un ataque combinado de Stalkers, dos detrás nuestro… dos delante. No son tan imbéciles después de todo – dijo Meru con cierta molestia para luego chistar por la situación presente…

Cuando quiso darse cuenta, los dos que estaban frente a ella atacaron con una velocidad que superaba a los Stalkers que se habían encontrado hace ratos atrás, y sorprendiendo a la joven, tiraron una de sus armas (La de color Negra) a un par de metros de donde estaba. - Maldita Sea – dijo mientras disparaba a los ojos de aquellos monstruos, los cuales comenzaron a atacarla al mismo tiempo. Ella quería evitar mantener el contacto realmente físico con los objetivos para ahorrarse los inconvenientes que pudiera generar dicha acción. No tenía tiempo de recargar su arma y las balas se estaban agotando. - Ayumu, por favor pásame el arma que está justo detrás de ti – Dijo mientras daba una mirada fugaz a la ubicación de su compañero.