The talking dead }Nui & April.

Mánchester, Inglaterra; 6:30 AM.

Inglaterra, Ninguna pista para saber donde se encontraba, 6:50 AM.

Los ultimos 3 dias los habia pasado vagando entre la gente, lo que solia hacer de normal en su antigua vida, solo que esta vez, las personas no eran personas, se habian convertido en un cumulo de carne putrefacta y maloliente que sabia caminar.

Caminaba, caminaba y caminaba, aquella carretera parecia no acabarse nunca, habia pocos de aquellos seres a su alrededor, asi que solo se dedicaba a esquivaros de vez en cuando dando vueltas sobre si misma, como si estuviera interpretando una danza y el no-muerto fuera su compañero de baile, no se molestaria en sacar su preciada espada para acabar con dos o tres, asi que solo continuo caminando.
Tras un largo viaje, en el cual su sonrisa no desaparecio, acabo encontrandose con algunos edificios, no lo podia creer, habia encontrado ''civilizacion'', aunque todo lo que estaba sientiendo, la alegria, emocion, y sensacion de superacion, no lo reflejaba en su rostro, solo una simple sonrisa de superioridad, y una mirada segura, era inaccesible para el resto de las personas.

Tras minutos caminando se encontro con una sorpresa... No esperaba ver un cumulo de Caminantes en su camino, por suerte no le habian visto, asi que solo siguio caminando con sigilo pero, un pequeño palo se cruzo en el camino de sus hermosos y llamativos tacones, resonando en su cabeza el ''Clack'', vio como la multitud de cabezas se giro hacia ella, a la que solo sonrio e hizo una reverencia antes de comenzar a correr tranquilamente con una masa de Caminantes detras.

''No podre con todos... Aunque saque la espada...'' Penso y chasqueo levemente la lengua, y se adentro en el primer edificio con puerta abierta que encontro.
Cerro la puerta con cuidado, y la atranco con la primera silla que vio, sospechando que esta no aguantaria mucho la masa enfurecida de sus ahora seguidores, comenzo a dar pequeños saltitos escaleras arriba, lo mas alto que pudiese llegar.
Aquel edificio era bastante alto, continuo subiendo las escaleras, y cuando llego al ultimo piso, se vio enfrentada con un arma de fuego de color dorado, algo llamativa, y suponia peligrosa, cargada por una pequeña chica.

-Buenas tardes My Lady~ -Sonrio a la chica, cerrando su sombrilla y apoyandola en el suelo colocando sus manos sobre el mango. -Seria mejor para ambas, que bajaras ese arma, no es una amenaza, pero una hambrienta manada de Caminantes me perseguian- Sonrio la chica con naturalidad, como si fuera la cosa mas normal del mundo, y con la alegria de una persona que le han puesto para comer su plato favorito.

-¡Oh! Que descuido, dejeme presentarme. Mi nombre es Harime Nui, y soy una dama en apuros en estos momentos- Extendio su mano hacia la chica, ofreciendole estrecharlas.

Esperaba que ése día fuese tranquilo, y que no se encontrase con muchos muertos más de lo que su energía le pudiese permitir, pero encontrarse con una chica al puro estilo sweet lolita no entraba en sus cálculos, ni en sus cálculos ni en su razonamiento. Se tomó un tiempo para analizar a la muchacha de arriba para abajo: su vestimenta llamativa y su aspecto infantil contrastaba con su altura, que era incluso mayor que la suya por varios centímetros. ¿De dónde había salido, de un cuento de hadas?

Su ánimo se tranquilizó al ver los buenos modales de la muchacha, y cómo esta la pedía que bajase el arma, y así lo hizo. Parecía inofensiva y alguien de fiar, en éstos tiempos una no se podía fiar de nadie y menos, de un hombre. Reaccionó cuando la muchacha habló de una manada de zombies.-¿Atrancaste la puerta o algo? Aún así, no creo que los zombis suban tanto... Entra, es más seguro aquí.- Respondió a la jóven con una sonrisa leve. Se fijó en la naturalidad de la muchacha, y que ni siquiera tenía una pizca de temor en su rostro a pesar de su aspecto infantil.

-¿Dama en apuros?- Sonrió, le gustaba el humor de la rubia.-No hace falta que seas tan formal... Ni que fuese alguien de la realeza-Bromeó, con espontaneidad. -Yo soy April. April Dixon, encantada.- Respondió, cogiendo la mano de la muchacha y agitándola con levedad, ese tipo de saludos no eran una cosa que ahora hacía a menudo.

La perra, que hasta entonces se había encontrado detrás de su ama, analizando también a la nueva sujeto, se acercó tímidamente a su pierna olisqueándola.- Es... su forma de decir 'hola'. Una pregunta, ¿has venido sola? ¿Con todos esos caminantes allá afuera? - Cambió su tono a uno más serio, debía asegurarse si la muchacha estaba acompañada o había dejado alguien atrás, pues no se terminaba de fiar del todo.

Acto seguido, se oyó un ruido en las plantas bajas del edificio, eran gruñidos y chillidos. Eran los muertos hablando.