Y asi se levantan los trolls [Clan]

Había estado un tiempo viviendo por su propia cuenta en lo que venía a ser una base militar seguramente de la segunda guerra mundial que había sido abandonada después de que esta había terminado. El anterior clan de Ayumu se había hospedado aquí, pero después de cierto accidente ahora solo el se encontraba viviendo en esta gigantesca base que a decir verdad era demasiado para si solo. Extrañaba los días en los que estaba el resto del clan y podía divertirse con ellos, en ocasiones haciéndoles malas pasadas, pero al fin y al cabo se divertía y los demás se divertían junto con el, por lo menos cuando no les tocaba ser quienes sufrieran por las pesadas bromas que les hacía.

Así pues, tuvo una brillante idea y fue la de realizar un clan donde el mismo fuera el líder, así un día el se haría famoso y podría jugar con la vida de quien quisiera sin ningún problema, en realidad ya lo hacía, pero ahora podría hacerlo de una manera mas "especial". Claro estaba que también era para devolver algo de diversión a aquel sitio abandonado, de la forma en que a el le gustaba hacerlo.

Un día decidió ponerse en acción y salir a buscar miembros para poder fundar su tan dichoso clan, por lo que se dirigió hacía las calles de la gran ciudad de Neutopia y comenzó a buscar gente que pudiera parecer interesante para añadir a su clan. Claro esta que no iba a tomar a cualquier sujeto que se encontrara en la calle, tenía que encontrar personas que sintiera que le pudieran hacer pasar un rato agradable y le acompañaran en lo que hiciera. Hasta ahora, pareciera ser que sus únicas intenciones eran las de un villano, pero en realidad es un buen chico que busca quitarse de encima el aburrimiento. Al encontrar dichas personas y usar sus habilidades de persuasión para que se unieran a su causa, fue a registrarse como un clan oficial y después llevo a sus nuevos miembros al que sería la base del clan.

Llegando al bosque se detuvo en seco frente a un árbol y luego volteó a verlos de reojo. - Aquí es - sonrió alegre mientras apretaba un poco el tronco del árbol provocando que una piedra a su lado se moviera dejando observar un agujero en el suelo suficiente para que entrase una persona. Salto a dicho agujero el cual conducía hacía el interior de la base y cerro luego de que el último haya entrado.

Encendió las luces dejando ver el gran lugar y extendió los brazos a sus lados. - Bienvenidos, esta sera su nueva casa, se que esta empolvada y tal vez necesite unos arreglos pero seguro les gusta - dijo confiado y un eco se dejaba escuchar en el interior. Luego corrió hacía lo que parecía ser una nevera y saco de esta una botella de vino y unos vasos. - Aquí podrán encontrar lo que quieran, esto es sake ¿gustan? - se sirvió a si mismo y dejo la botella sobre la mesa por si querían servirse un poco. Después fue hasta el asiento que parecía ser del comandante a cargo de aquellas instalaciones y se sentó en este de un salto cruzando sus piernas y viendo a sus subordinados. Dio un sorbo a su copa y la sujeto con elegancia. - Entonces, ¿que opinan del sitio? - pregunto curioso.

‭Era un día relativamente tranquilo en él último bastión de la humanidad, como muchos solían llamar a aquella ciudad cuyos muros los protegían de una muy posible muerte frente a los peligros del afuera. Un muchacho de cabellos azules se encontraba ocupado observando algunos artefactos de utilidad en una zona donde se solía comerciar con frecuencia. Nada muy elaborado, solo un rejunte de tiendas con productos de dudosa calidad y origen. Estaba en una de las zonas más apartadas y, por lo tanto, problemáticas de Neutopia. Sin embargo, no solo conseguías encontrar ciertos objetos raros y de gran uso, sino también valiosa información de parte de individuos cuya vida se basaba en conseguirla. Después de todo, el conocimiento es poder, como solían decirte aquellos extraños. Sin embargo, la búsqueda del muchacho por quien sabe qué objeto o información se vio interrumpida por el acercamiento de un extraño joven. A pesar de la misteriosa aura que le rodeaba, sus palabras eran muy certeras y parecía conocer muy bien sobre el tema de los clanes. Aunque claro, seguramente fuera mayormente todo la astucia de aquel desconocido para elaborar convenientes discursos. A pesar de todas estas sospechas, el joven Kazuya decidió darle un intento a este nuevo emprendimiento. Después de todo, una experiencia como la de pertenecer a un clan era totalmente nueva para el Geared y por lo tanto, suponía que podía sacar cosas muy positivas de tal evento. Aceptó la oferta, dándole el beneficio de la mínima confianza a quien sería ahora su líder de clan.

‭Luego de algunas preparaciones y una caminata hacia los interiores de un frondoso bosque, integrada por quienes suponía serían parte de su nuevo equipo, el recién formado clan llegó hasta la entrada de una base oculta en medio del lugar. -Genial.- susurró el Minegishi, algo sorprendido,  al ver como la roca de gran tamaño se movía dejando ver un agujero en el suelo, solo por el accionar del muchacho de cabello azabache. Había pasado algunas veces por aquella misma zona y nunca antes se había percatado de tal escondite, aunque claro, por eso se le llamaba base secreta.

‭Al ingresar por medio del agujero, Kazuya se encontró con una enorme sala de operaciones. El lugar era bastante grande e igualmente contaba con algunas puertas y pasillos que, suponía, se extenderían con más cuartos y otras zonas. Además, parecía bastante ordenado y cuidado, lo que indicaba que había sido utilizado hace no mucho tiempo. Escuchó con atención las palabras del anfitrión y asintió con simpleza ante el ofrecimiento de la bebida. Observó de reojo a las demás personas, ya que aún no se había presentado oficialmente con ellas. Mientras se servía un poco de sake en uno de los vasos, dirigió su mirada hacia el organizador de todo aquello. -Es un lugar muy bueno. Está ubicado en un punto ventajoso, cercano a la ciudad, y bien escondido. Me imagino que...-Deteniéndose así mismo, ya que pensaba que sus palabras comenzaban a ser monótonas y aburridas para los demás, tomó un sorbo de la bebida en su vaso y pasó a sentarse, con cierta cautela, en uno de los asientos frente a la mesa. A decir verdad, no era muy tolerante al alcohol, por lo que estaba cuídandose de no tomar demasiado rápido. -¡Es verdad!- Repentinamente, se levanto de su asiento y repaso con mirada nerviosa a los presentes -Mi nombre es Kazuya Minegishi, es un gusto. Hm...- Llevándose el vaso a la boca y bebiendo su contenido de un solo trago, comenzó a hablar de nuevo, esta vez con más soltura. -Espero que podamos llevarnos bien y que sea una estadía positiva para todos.- Sintiéndose un poco más relajado ahora que había expresado lo que quería decir en palabras no muy torpes, se sentó nuevamente. Sin pensarlo, su mano se movió hasta la botella con sake y se sirvió nuevamente en el vaso ya usado, para luego dejar la botella en su sitio. Manteniéndose en silencio, bebió un nuevo sorbo mientras su mirada se dirigía a quien fuera el siguiente en hablar.

¿Quién iba a decir que la solitaria y fría Patii caminaría por la mitad de la ciudad mirando todo con curiosidad y aveces con un poco de asco? Cierto, la muchacha caminaba por las calles dónde la gente aún viva paseaba y compraba objetos necesarios para vivir. Ella pasaba de la idea de tener que cambiar algo de valor por alimento, era más fácil salir fuera y conseguirlo por tu propia mano. Pero para esas personas, ancianos, niños, enfermos... no era tan sencillo.

De un segundo a otro varias personas la miraban con cuidado, bueno, era cierto que se veían pocas mujeres de pelo blanco, pero lo que llamaba la atención de la gente no era ella, sino un tipo de pelo negro, aura psicópata y una sonrisa de oreja a oreja. A su lado un muchacho apenas miraba a la joven, pero ella si los había visto a ellos. Las palabras del pelinegro eran rápidas pero precisas, "clan" "grupo" "base". Todo sonaba genial a sus oídos y así fue como asintió sin apenas pensarlo.

Al llegar al bosque el pelinegro se paró frente a un árbol, pulsó con la mano algo que había pasado desapercibido para la mayoría de nosotros y el suelo comenzó a temblar. Una piedra dejó a la vista la entrada de la guarida secreta. Todos entramos sin apenas dudarlo.
Una vez dentro era sorprendente como algo tan grande a pasado desapercibido para tanta gente que a pasado por encima. La sala era grande, fría y húmeda, varios pasillos serpenteaban por todos lados así que era aún más grande de lo pensado anteriormente.
Realmente no me interesaba si el lugar era bonito, acogedor ni nada de eso, me bastaba si era seguro y cada uno podía tener una habitación.

Nuestro supuesto líder se encaminó hacia la nevera, sacó una botella de alcohol y se sirvió un vaso diciendo algunas palabras de bienvenida. El peli-azul le imitó el gesto obteniendo también un poco de alcohol. A continuación dio su opinión sobre el lugar y se presentó como un tal Kazuya. Su voz era algo alegre a pesar de la situación, no es que odiara ese tipo de personas, pero eran las que más miedo me daban, la que no demostraban sus temores o nerviosismo.
Me quedé un poco parada, pero reaccioné a tiempo para no quedar como alguien lento. Pasé un dedo por encima de la copa sin ningún líquido dentro y miré a mi alrededor.
-No bebo, eso empeora la puntería-susurré dándole la espalda a la copa y sentándome sobre la encimera, cruzando las piernas.
-Me llamo Patii, peleo con espada y odio a las personas que preguntan mucho-susurré sonriendo al final mientras miraba el techo, dejando caer mi pelo en forma de cascada por mi espalda.

-La guarida me parece un buen sitio, pero espero que no tengamos que compartir habitación-solté un suave chasquido al final de la frase. Después de dejar mi nombre en claro miré al techo de nuevo y esperé a que alguien iniciará una conversación o que nuestro jefe nos enseñara donde dormiríamos o lo que fuese pero que nadie se me quedase mirando ya que empezaba a notar las mejillas calientes.

Así es como empieza un día nuevo en la vida de la joven Stranger…

Estaba caminando tranquilamente en busca de armamento, siempre curioseaba en los barrios bajos y en lugares parecidos para encontrar algo de valor en el mundo devastado por las criaturas transformadas, aún recuerda como jugaba con armas de fuego en pleno campo cuando sus padres no estaban vigilándola, siempre causaba algún tipo de accidente por un disparo errado o algo parecido y por eso siempre recibía su “justo” castigo. Volviendo al tema de la búsqueda, la joven extraña hacía un escaneo completo de su entorno mientras observaba los daños causados por el tiempo y el abandono en aquellas calles hasta que algo particularmente extraño había llegado a sus oídos.

Un joven de cabello negro y mirada peculiar se había dirigido a su persona con ciertas palabra, decía algo de un clan y cosas que en su momento le parecieron algo comparado a la locura y el sueño de un niño, no lo había tomado en principio como una gran importancia o algo para pensar, pero a medida que él iba hablando pudo notar algo peculiarmente extraño que le hizo acceder. La sensación de ver que estaba frente a alguien particularmente superior hizo que su estima hacia ese chico se volviera algo inesperado, y decidió confiar en la razón de sus palabras… De todos modos se divertiría de manera oficial cazando muertos vivientes mientras aprendía más acerca de ellos, lo veía como una especie de oportunidad para poder avanzar en el camino a la fuerza real que ella podría alcanzar, quería ser más fuerte, y sabía que este chico la ayudaría de cierta forma a lograr ese objetivo.

Lo siguió sin dudar un momento, su sonrisa extrañamente macabra y la energía inquietante que desprendía su persona eran algo de temer, pero con las cosas que ya había visto y oído esto no le causaba un tipo de sensación más allá del simple temor reverente que se le tenía a un jefe de oficina, o a un presidente de consejo estudiantil (Para dar ejemplos obvios y comprensibles)
Habían llegado al bosque, el cual no era un lugar de todo familiar para la joven acostumbrada al desierto, los escorpiones y las tarántulas. Observó al joven que posicionaba su mano en una parte del tronco de un árbol, provocando con dicha acción la apertura de una especie de pasadizo secreto oculto bajo una roca, era una especie de hoyo en donde cabía una sola persona, cierta particularidad fue considerada para Meru bastante ingeniosa pues ella había pasado por esa sección del bosque varias veces y jamás pudo percibir o intuir que algo semejante se mantenía oculto.

Siguió al joven y a los demás que también lo habían seguido, no les prestó mucha atención al resto porque era distraída para estas cosas (un defecto que antes no poseía), luego de bajar por aquel lugar sintió que el ambiente era algo oscuro y pesado pero al ver que las luces se habían encendido pudo observarlo detalladamente, era una especie de habitación amplia con aspecto habitable, si bien se veía algo descuidado eso podía arreglarse con el paso del tiempo. Su aspecto se asemejaba a una de esas bases subterráneas que mostraban en películas bélicas y eso causaba una especie de curiosidad en alguien que siempre vivió en llanuras o ambientes desérticos, nunca había visto con sus ojos un lugar como éste.

- Yo si quiero un poco, lo necesito – respondió ante el ofrecimiento de aquel licor de origen japonés, el sake tenía buen sabor después de todo así que se dirigió a la mesa esperando a que otro de sus compañeros se sirviera para luego tomar un poco nada mas, sentía como es que dicho liquido calmaba de a poco sus nervios. -  Está Bien, supongo… - Respondió distraída ante la pregunta del joven líder de ese nuevo clan que se había formado en un tiempo realmente corto, solamente se quedaba mirando a su alrededor con un rostro imparcial a la vez que escuchaba a sus nuevos compañeros presentarse… supuso que no podía evitar el presentarse de manera formal delante de la gente que la observaba. - Yo soy Merag, gusto en conocerlos – dijo con tranquilidad mientras bebía otro trago, a veces decir mucho era poco recomendable en situaciones donde no conoces nada de la gente que te rodea aunque eso contradecía en parte su propia manía en cuanto a presentaciones, fue a palabras sencillas de manera segura porque no quería romper un espejo en lo que sería su nueva casa.

Le agradó saber las actitudes positivas de sus aliados hacía su nueva casa donde seguramente vivirían el resto de sus vidas hasta que fallecieran en una misión o algo por el estilo, claro que sería mejor si sobrevivieran ya que no sería bueno que se quedará solo otra vez tan rápido, de preferencia que permanecieran siempre y fueran recordados como los primeros en unirse al clan que algún día crecería demasiado y sería de los mas famosos, incluso más que Neutopia si era posible, esa era otra de sus metas al fundar aquel clan.

Les sonrió a todos luego de que se hubieran presentado y agito un poco el sake que tenía en su copa, ahora seguramente no se consideran gran cosa, después serían reconocidos si es que le seguían obedientemente. - Bien, bien tienen nombres interesantes y espero que ustedes también lo sean, aun que estoy seguro de que si lo son pues los escogí precisamente por eso. Ahora ustedes son los únicos en el clan y estarán bajo mis órdenes, les aseguro que se divertirán bastante aquí - sonrió malicioso mientras hablaba seguro de lo que hacía. - Por cierto, yo soy Ayumu Shiroku, pero Kazuki puede llamarme "mi lord", y Pat y Merumeru pueden decirme "amo" - ya había comenzado a demostrar su verdadera naturaleza un tanto infantil que solo buscaba divertirse, comenzando por ponerles motes a cada uno y hacer que le llamarán de forma extraña. - Heh, solo estoy jugando, pueden decirme como gusten - aclaro la cuestión y después dio un último sorbo a su copa dejando esta sobre la mesa a un lado suyo.

- Ahora pasemos a lo importante como clan - se dio media vuelta en su silla giratoria quedando mirando hacía los grandes monitores los cuales se empezaron a encender uno tras uno a la vez que el chico apretaba botones y movía palancas en el panel de control que tenía al frente suyo. Nueve grandes monitores mostraban imágenes por separado, pero también podían coordinarse gracias a las órdenes que Ayumu insertaba en sus controles logrando así que todos mostraran una imagen grande y además se escuchara el sonido del vídeo.

Video en Monitor:

De pronto el supuesto líder empezó a reír ante tal cosa que aparecía como si fuese algo bastante cómico. - Ese gato es estupendo ¿no creen? - después de poco quitó aquel vídeo y se fue por lo serio esta vez. En la pantalla central y mas grande mostró lo que parecían ser los datos de cada uno, arriba de este se mostraba información del clan y debajo de este se mostraba una lista de los diez mejores clanes, obviamente Neutopia estaba en primer lugar. En los monitores a la izquierda había una lista de lo que parecían ser trabajos disponibles y en los monitores de las derechas se mostraban lo que las cámaras de seguridad veían dentro de las instalaciones y las imágenes cambiaban después de pocos segundos. Luego volvió a darse media vuelta para volver a mirar a sus subordinados. - Bien, esta es la computadora central de aquí, son libres de usarla para cualquier necesidad que tengan, incluso tengo algunos juegos instalados por si quieren entretenerse un poco - se puso de pie y señalo a hacía los monitores como haciendo una exposición. - Nosotros buscaremos estar en el primer lugar de esa lista de clanes y para eso haremos estas misiones peligrosas donde posiblemente puedan morir si son descuidados, así que les preguntaré una vez mas - de pronto apagó las luces dejando que solo los monitores alumbraran un poco el lugar y con una lámpara se alumbró a si mismos como cuando alguien cuenta una historia de terror - ¿Seguros quieren estar en el clan y obedecer mis órdenes? Les daré galletas - luego de hacer la pregunta y su pequeña oferta, alumbró a cada uno a su vez para que hablará y diera su respuesta.